La fuerza del fuego abriéndose a través
de mis callejuelas
por mi carne reclamando, difuminando las
arterias.
Soy fuego, pasión que traga
aire centrifugo, ciclón que
victimas atrapa
Pobres
seres ignorantes,
y me convierto en victima y victimaria malévola
que ejerce su poder con conciencia y alevosía
Preparo naturalmente la seducción en mi
travesía
la trampa de la conquista,
Se disparan mil aristas
ayayay de chispas que brincan en huracanes
generando desmanes,
en mis intersecciones transparentes, puntos
de fuga vehementes
y yo no entiendo nada
y la nada no me entiende
(no! si yo sé me entiende, ayayay sí que me
entiende
Porque la nada es mi padre
Y yo soy su
enredadera, que escala coqueta
Pérfida, ascendiendo con un truco bajo la
manga.
Allí voy engendrando
los vaivenes
de mis inminentes muertes)
La chispas,
ya no me son desconocidas
es la misma canción, cantándome, una y otra
vez,
una y otra vez
ves!
Soy un títere, mi dueño desde las cavernas
del abismo de la inconciencia
me mueve sensual, me mueve aceitosa,
zigzageo, por tu cuello, voy recorriéndote
Mientras hasta tu médula va soltándose,
volviéndose mansa
Y tu carnosidad va entregándose,
Ahí me
devoro todas tus ganas, todas tus fuerzas
Quedas pervertidamente derrotado,
Pero loco, ni una guerra has ganado,
Ni yo!, que te sirvo con refinada escurridiza
delirante ansiedad,
con una descollante brusquedad,
es que
soy una artista de la enfermedad ¡!
Mi falso dueño dentro del sueño
Hace palpitar mis labios que ametrallan hacia
tus ojos
Los trizo de infierno rojo, uno a uno los
cojo
Vámonos a negro un rato
Acá no hay ni un firmado contrato
Y así,
me adueño, de lo efímero
Por
cinco segundos
Lo sé, Soy una animal, soy una animal
No hay comentarios:
Publicar un comentario