sábado, 16 de junio de 2012

La danza de la lujuria.





La fuerza del fuego abriéndose a través de  mis callejuelas
por mi carne reclamando, difuminando las arterias.
Soy fuego, pasión que traga
aire centrifugo,  ciclón que  victimas atrapa
Pobres  seres ignorantes,
y me convierto en victima y  victimaria malévola
que ejerce su poder con  conciencia y alevosía
Preparo naturalmente la seducción en mi travesía
la trampa de la conquista,
Se disparan mil aristas
ayayay de chispas que brincan en huracanes
generando desmanes,
en mis intersecciones transparentes, puntos de fuga vehementes
y yo no entiendo nada
y la nada no me entiende
(no! si yo sé me entiende, ayayay sí que me entiende
Porque la nada es mi padre
Y  yo soy su  enredadera, que escala coqueta
Pérfida, ascendiendo con un truco bajo la manga.
Allí voy  engendrando los vaivenes
de mis inminentes muertes)

La chispas,  ya no me son desconocidas
es la misma canción, cantándome, una y otra vez,
una y otra vez
ves!
Soy un títere, mi dueño desde las cavernas del abismo de la inconciencia
me mueve sensual, me mueve aceitosa,
zigzageo, por tu cuello, voy recorriéndote
Mientras hasta tu médula va soltándose, volviéndose mansa
Y tu carnosidad va entregándose,
Ahí  me devoro todas tus ganas, todas tus fuerzas
Quedas pervertidamente derrotado,
Pero loco, ni una guerra has ganado,
Ni yo!, que te sirvo con refinada escurridiza delirante  ansiedad,
con una descollante brusquedad,
es  que soy una artista de la enfermedad ¡!

Mi falso dueño dentro del sueño
Hace palpitar mis labios que ametrallan hacia tus ojos
Los trizo de infierno rojo, uno a uno los cojo
Vámonos a negro un rato
Acá no hay ni un firmado contrato
Y así,  me adueño, de lo efímero
Por  cinco segundos

Lo sé, Soy una animal, soy una animal

No hay comentarios:

Publicar un comentario